La FALTA de NUTRIENTES
La tiroides depende de una orquesta de nutrientes para funcionar correctamente. Cuando faltan algunos de estos nutrientes clave, la conversión de la hormona T4 a T3, la hormona activa que regula nuestro metabolismo, se ve comprometida.
Imagina que las enzimas que realizan esta conversión son como pequeñas máquinas que necesitan combustible para funcionar. Ese combustible son los nutrientes. Si faltan, las máquinas se ralentizan o se detienen.
¿Cuáles son estos nutrientes esenciales? El selenio, por ejemplo, es un antioxidante potente que protege la tiroides del daño y es crucial para la conversión de T4 a T3. El zinc, por su parte, es necesario para la producción de hormonas tiroideas. El hierro también juega un papel importante en la producción de hormonas, y la vitamina D y las vitaminas del complejo B son esenciales para el funcionamiento general de la tiroides.
La deficiencia de cualquiera de estos nutrientes puede tener un impacto negativo en la función tiroidea, manifestándose en síntomas como fatiga, aumento de peso, depresión y cambios en el estado de ánimo.
Por eso, es crucial mantener una dieta equilibrada y variada, rica en alimentos que aporten estos nutrientes. Algunas fuentes excelentes son las nueces de Brasil (selenio), las ostras (zinc), las carnes rojas (hierro), el pescado azul (vitamina D) y los cereales integrales (vitaminas del complejo B).
A continuación, te invitamos a explorar el apartado donde detallamos los nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestra tiroides y los alimentos que los contienen.
Si tienes hipotiroidismo o sospechas que puedes tenerlo, es fundamental consultar con un médico o nutricionista. Ellos pueden evaluar tus niveles de nutrientes y recomendarte la dieta o los suplementos adecuados para ti.