CUIDA TU MICROBIOTA O FLORA INTESTINAL
La microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, es la comunidad de microorganismos, principalmente bacterias, que habitan en nuestro tracto digestivo, especialmente en el colon.
Su influencia va más allá de la digestión y es esencial para nuestra salud en general, destacando su relevancia en el caso del hipotiroidismo. Aquí te explicamos por qué:
Eje Intestino-Tiroides:
Existe una estrecha conexión entre el intestino y la glándula tiroides. Una microbiota saludable no solo beneficia al sistema inmunológico, sino también a la función tiroidea.
Digestión y Absorción de Nutrientes:
Las bacterias intestinales ayudan a descomponer los alimentos y favorecen la absorción de nutrientes esenciales, contribuyendo así a nuestra salud y energía.
Inflamación y permeabilidad intestinal:
En condiciones normales, la pared intestinal actúa como una barrera selectiva que permite que solo ciertas moléculas, como nutrientes, pasen del intestino al torrente sanguíneo, mientras que impide el paso de otras, como toxinas y microorganismos dañinos.
Sin embargo, un desequilibrio en la microbiota puede provocar inflamación en el intestino, lo que aumenta los espacios en la pared intestinal y empeora su permeabilidad. Esto permite el paso de sustancias no deseadas a la sangre, desencadenando una respuesta autoinmune que puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto, donde el sistema inmunológico ataca la glándula tiroides.
Función Inmunológica:
La microbiota intestinal es vital para el desarrollo y regulación del sistema inmunológico, protegiéndonos contra patógenos y enfermedades e infecciones.
Producción de vitaminas y metabolitos:
Algunas bacterias intestinales producen ciertas vitaminas, como la vitamina K y algunas del complejo B, que son importantes para la salud.
También pueden producir metabolitos, que son sustancia que el cuerpo produce cuando descompone los alimentos y otras sustancias y que pueden tener efectos protectores en nuestro cuerpo.
Depresión:
La relación entre la microbiota intestinal y la depresión es un campo de investigación fascinante en la ciencia del cerebro y el intestino.
La microbiota intestinal también influye en nuestro estado de ánimo y salud mental a través de la conexión bidireccional del nervio vago, conocida como el eje intestino-cerebro.
Estudios han demostrado su relación con la producción de neurotransmisores, como la serotonina, que están implicados en la regulación del estado de ánimo.
Además, se ha observado que las personas con depresión tienen una composición diferente de microbiota intestinal en comparación con las personas sanas.
Por tanto, el desequilibrio en la microbiota intestinal o disbiosis puede estar asociado con la depresión y la ansiedad.
Cuidar nuestra microbiota intestinal es esencial para promover una buena salud física en general y especialmente relevante en el caso del hipotiroidismo, así como para promover una buena salud mental.
Las alteraciones en la microbiota pueden estar relacionadas con diversas afecciones, desde problemas digestivos hasta enfermedades autoinmunes, cáncer de colon y depresión.
Cabe destacar la importancia de seguir una dieta equilibrada además de unos hábitos de vida saludables, como la práctica regular de ejercicio físico y la reducción del estrés, para mantener una microbiota intestinal equilibrada y conservar el equilibrio adecuado en nuestro sistema digestivo, apoyando así a la función tiroidea.
Si estás interesad@ en conocer más sobre la microbiota, aquí tienes una interesante lectura, de Sari Arponen, doctora, profesora universitaria, investigadora y divulgadora experta en microbiota:
El sistema inmunitario por fin sale del armario: Vive una vida plena, larga y saludable
Si además quieres saber más sobre el impacto que tiene la microbiota en nuestra salud e incluso en nuestro cerebro, te recomiendo seguir a Nazareth Castellanos. Ella es una destacada neurocientífica e investigadora que ha revolucionado nuestra comprensión del cerebro y su interacción con el cuerpo. Licenciada en Física Teórica y doctora en Neurociencia por la Universidad Autónoma de Madrid, Castellanos ha trabajado en prestigiosas instituciones como el King’s College de Londres y el Instituto Max Planck en Alemania. Actualmente, dirige la investigación en el laboratorio Nirakara y ocupa la cátedra extraordinaria de Mindfulness y Ciencias Cognitivas en la Universidad Complutense de Madrid. Su trabajo no solo se centra en la neurociencia tradicional, sino que también explora la relación entre la microbiota intestinal y el cerebro, destacando cómo estos microorganismos afectan el desarrollo cerebral y la salud mental. A través de conferencias, cursos y publicaciones, como su libro «El espejo del cerebro», Castellanos promueve un enfoque integral de la salud mental y física, enfatizando la importancia de la microbiota en el bienestar general.
Neurociencia del cuerpo: Cómo el organismo esculpe el cerebro
Alicia y la barriga maravillosa: Un cuento para entender cómo se alimentan tus emociones
Quiero compartiros una reciente publicación de Nazareth Castellanos relacionada con la microbiota:
«Cada semana se publican nuevos resultados científicos que nos permiten conocer el impacto que tiene la microbiota intestinal en nuestra salud.
La microbiota es el conjunto de microorganismos, principalmente bacterias, que habita en nuestro intestino. Aunque tenemos microbiota en diferentes partes del cuerpo, aquella que reside en el intestino es la más conocida por su influencia directa e indirecta sobre el cerebro.
Cómo cuidar la microbiota es, por tanto, objetivo prioritario de los estudios científicos y del estilo de vida que cada uno debe cuidar.
Sabemos que la mcirobiota se beneficia de una dieta saludable, de la práctica regular del ejercicio físico, de la gestión de las emociones y conducta (especialmente el estrés) y de las relaciones con los demás. Sabemos que depende del género (masculino o femenino), del tipo de nacimiento (parto o cesárea), de la ingesta de medicamentos y también del entorno (contaminación o espacios naturales).
La relación entre la microbiota (nuestro huésped) y nosotros (los caseros) es simbiótica, simétrica.
La microbiota sería una suerte de espejo que refleja nuestra vida y como decía Julio Cortázar “siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte»