PARABENOS
Los PARABENOS se utilizan comúnmente como conservantes para prevenir el crecimiento de bacterias, hongos y levaduras, prolongando la duración.
Se hallan en infinidad de productos cosméticos y de cuidado personal de uso diario, como cremas, lociones, champús, desodorantes, maquillajes. También los podemos encontrar en productos farmacéuticos como medicamentos tópicos, supositorios, jarabes. Y son usados como aditivos alimentarios.
A pesar de que algunos estudios muestran baja toxicidad, hay preocupaciones sobre su potencial como disruptores endocrinos.
En el ámbito internacional, el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), fija como aceptable una dosis diaria de 0,10 mg/kg para los ésteres etil, metil y propilparabeno. Dicho Comité calcula que las concentraciones normales de esta sustancia en los productos suelen del 0,1%.
En la Unión Europea, el uso de parabenos como aditivos alimentarios está regulado por la Directiva 95/2/EC, permitiéndose usar sobre todo en productos de pastelería, helados, cremas, refrescos, fiambres, gelatinas y aceites.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) se encarga de evaluar la seguridad de los aditivos alimentarios o nuevos usos a los que puedan destinarse y a la reevaluación de todos los aditivos alimentarios autorizados antes del 20 de enero de 2009.
Una de las maneras de controlar el uso de estas sustancias es establecer una ingesta diaria admisible (IDA) para cada sustancia. Según la EFSA, la IDA es la “cantidad de una sustancia que la gente puede consumir a diario durante toda la vida sin riesgo apreciable para la salud”.
De acuerdo con el Servicio de Dermatología del Instituto de Salud Carlos III, de Madrid, “se calcula que un individuo adulto, de unos 60 kilos de peso, puede estar expuesto a 1,26 mg/kg/día, lo que correspondería, si pesa 60 kg, a 76 mg de este componente al día”, si se tienen en cuenta todos los productos (alimentos, cosméticos o medicamentos).
Según la Fundación de Asma y Alergia americana (AAFA), “las reacciones adversas a los alimentos que contienen parabenos no han sido claramente demostradas en estudios”.
En el anexo III del Real Decreto 142/2002, los parabenos se incluyen en la categoría de Conservadores y antioxidantes permitidos en determinadas condiciones. Están prohibidos los propilparabenos (E-216 y E-217).
Pese a que numerosos estudios realizados sobre estos aditivos muestran su baja toxicidad si se cumplen los niveles considerados como seguros, otros pocos hablan de su potencial para actuar como estrógeno compuesto en el cuerpo, aunque estas reacciones adversas no se han demostrado de forma clara.