ORIGEN VEGETAL
Los disruptores endocrinos naturales son compuestos que se encuentran en la naturaleza y tienen efectos similares a las hormonas en los organismos. Estos compuestos, conocidos como fitohormonas, son producidos por las plantas para regular su crecimiento.
Estos disruptores endocrinos naturales pueden tener efectos beneficiosos o perjudiciales dependiendo de factores como la dosis, el momento, la duración de la exposición, el tipo de disruptor, la interacción con otras sustancias y la sensibilidad particular de la especie o de la persona.
En algunos casos, una exposición a dosis bajas puede tener efectos beneficiosos, mientras que dosis más altas pueden ser perjudiciales. Además, ciertas sustancias pueden tener efectos diferentes en fetos, niños, adolescentes o adultos.
La interacción con otras sustancias químicas en el entorno, también pueden tener efectos sinérgicos o antagonistas. Es decir, que cuando ciertas sustancias se juntan sus efectos se pueden potenciar o contrarrestar entre sí, siendo los efectos o más fuertes o más débiles de lo esperado.
La duración de la exposición a los disruptores endocrinos es clave. Exposiciones prolongadas pueden tener efectos acumulativos a largo plazo, mientras que exposiciones a corto plazo pueden no tener impactos significativos.
No todos los tipos de disruptores endocrinos tienen los mismos efectos.
Diferentes especies pueden responder de manera diferente a los mismos disruptores endocrinos. Lo que es beneficioso o perjudicial para una especie puede no ser lo mismo para otra. Y de igual manera, no tienen porque afectar a todos los individuos por igual.
Fitoestrógenos
Un ejemplo de disruptores endocrinos naturales son los fitoestrógenos presentes en alimentos como la soja y lino. Estos compuestos químicos de origen vegetal tienen estructuras similares a los estrógenos, que son las hormonas sexuales femeninas en los mamíferos. Por ejemplo, los fitoestrógenos de la soja pueden imitar la actividad estrogénica de las hormonas humanas.
Cuando son ingeridos a través de la alimentación, los fitoestrógenos pueden unirse a los receptores de estrógenos y generar efectos sutiles. Este fenómeno ha impulsado investigaciones para explorar los posibles beneficios de los fitoestrógenos, especialmente en relación a los síntomas de la menopausia.
Otros ejemplos de disruptores endocrinos presentes en plantas incluyen flavonoides, glucosinolatos y fitoquímicos.
Flavonoides
Algunos flavonoides presentes en frutas, verduras y té pueden influir en la función endocrina, incluyendo la función tiroidea. Entre estos flavonoides se encuentran la quercetina y el resveratrol, que han mostrado cierta actividad hormonal. La quercetina se encuentra en alimentos como manzanas, cebollas y brócoli, mientras que el resveratrol está presente en uvas, bayas y cacahuetes. También podemos encontrar estos compuestos en tés negro, verde y rojo.
La quercetina y el resveratrol han demostrado, en estudios preclínicos, la capacidad de influir en la glándula tiroides. La quercetina puede inhibir la actividad de las enzimas que participan en la producción de hormonas tiroideas, lo que podría reducir la síntesis de estas hormonas. El resveratrol, conocido por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, también puede interactuar con los receptores de estrógeno y afectar la regulación hormonal, influyendo de manera indirecta en la tiroides.
Además, algunos flavonoides pueden interferir con la captación de yodo por la glándula tiroides, de manera similar a los glucosinolatos, y afectar la conversión de T4 a T3, las formas activas de las hormonas tiroideas. Este efecto es más notable cuando se consumen grandes cantidades de alimentos ricos en flavonoides de manera constante.
A pesar de estos posibles efectos adversos, los flavonoides también ofrecen numerosos beneficios para la salud, incluyendo propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Mantener una dieta equilibrada y variada, que incluya una amplia gama de frutas y verduras, puede ayudar a minimizar los efectos negativos sobre la función tiroidea mientras se aprovechan sus numerosos beneficios para la salud en general.
Glucosinolatos
Los glucosinolatos son compuestos que se encuentran principalmente en vegetales crucíferos como el brócoli, la coliflor y la col rizada. Estos compuestos son responsables del sabor característico de estas plantas y actúan como un mecanismo de defensa, ya que pueden ahuyentar a otros animales, protegiéndolas así de plagas y enfermedades.
Cuando consumimos estos vegetales crudos, las enzimas presentes en nuestra boca y estómago descomponen los glucosinolatos, liberando compuestos que pueden interferir con la captación de yodo por la glándula tiroides.
Aunque los glucosinolatos tienen beneficios potenciales para la salud, pueden afectar la función tiroidea si se consumen en grandes cantidades y en su forma cruda. Cocinar estos vegetales y mantener una dieta equilibrada puede ayudar a minimizar estos efectos negativos.
Fitoquímicos
Los fitoquímicos en algunos aceites esenciales, como el de lavanda y el de árbol de té, contienen compuestos que han demostrado tener actividad hormonal en estudios de laboratorio.
Aunque la mayoría de los compuestos naturales no suelen causar problemas en cantidades normales a través de la dieta, en concentraciones elevadas o en circunstancias específicas, pueden afectar el sistema endocrino.
Los efectos pueden variar según la persona y otros factores y se necesita más investigación para comprender completamente los posibles riesgos.
Por tanto, es esencial tomar decisiones conscientes en la dieta y el estilo de vida para minimizar la exposición a disruptores endocrinos, estando informados sobre la diversidad de sustancias presentes y sus posibles efectos.