QUÉ HACER CON LOS ALIMENTOS
Elegir la opción más natural y segura de alimentos
Procurar comprar fruta y verdura ecológica, de proximidad y te temporada, a ser posible. Los productos orgánicos tienden a ser cultivados sin el uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos, lo que puede reducir la exposición a residuos químicos en los alimentos.
Al comprar productos locales y de temporada, es más probable que obtengas alimentos más frescos y con un mejor perfil nutricional, ya que no han pasado por largos períodos de transporte y almacenamiento. La agricultura orgánica suele implicar métodos más sostenibles que favorecen la salud del suelo y la biodiversidad, y el consumo de productos de proximidad ayuda a reducir la huella de carbono asociada al transporte de alimentos y contribuye a apoyar a los agricultores locales y fortalecer la economía de la comunidad.
Se recomienda optar por aquellos etiquetados como «huevos de gallinas criadas en libertad» o «huevos orgánicos». Estos términos sugieren que las gallinas han sido criadas en mejores condiciones, con acceso al aire libre, una dieta más natural y sin el uso excesivo de antibióticos. Tienden a tener un perfil nutricional más equilibrado y pueden tener menores niveles de contaminantes. Además, contribuir a prácticas agrícolas más sostenibles y éticas respalda la salud de las aves y el medio ambiente.
Asimismo, seleccionar el pescado de fuentes sostenibles y preferiblemente de proximidad, con el objetivo de respaldar prácticas pesqueras responsables.
Para reducir la exposición a contaminantes, como el mercurio, se recomienda escoger los de menor tamaño. Sin embargo, es importante destacar que esta no es una regla universal y la concentración de metales pesados puede variar según la especie de pescado y el entorno en el que se encuentre. Además, algunos peces pequeños también pueden contener metales pesados, por lo que siempre es recomendable informarse sobre la procedencia y la calidad del pescado que se consume.
Optar por carnes de origen orgánico y de producción local para apoyar las prácticas sostenibles. Esto significa que los animales han sido criados sin el uso de antibióticos y hormonas de crecimiento sintéticas, y se han alimentado con ingredientes orgánicos.
Conocer la procedencia de los granos utilizados en la producción del pan y los cereales puede ser útil. Algunos lugares pueden tener suelos con menor concentración de metales pesados. Los granos integrales y los productos orgánicos tienden a tener menos exposición a pesticidas y fertilizantes. Eligiendo productos de proximidad colaboramos con el medio ambiente, desechando menos plásticos.
Lavar muy bien la fruta y verdura
Lavar muy bien la fruta y la verdura es una práctica importante para garantizar la seguridad alimentaria. Estos alimentos pueden estar expuestos a pesticidas, residuos de fertilizantes, suciedad y microorganismos que podrían ser perjudiciales para la salud si se consumen sin una limpieza adecuada.
El lavado minucioso ayuda a eliminar la suciedad visible, residuos de pesticidas y microorganismos que puedan estar presentes en la superficie de la fruta y la verdura. También puede ser útil utilizar vinagre o soluciones desinfectantes naturales para reducir el riesgo de contaminación.
Además de los beneficios para la salud, lavar bien la fruta y la verdura es una práctica fundamental en la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos. Incorporar este hábito en la preparación de alimentos contribuye a una dieta segura y saludable.
Reducir la ingesta de comida procesada y enlatada
Estos alimentos a menudo contienen altas cantidades de sodio, grasas saturadas, azúcares añadidos y aditivos, que pueden contribuir a problemas de salud como la hipertensión, la obesidad y otras enfermedades crónicas.
Elegir opciones frescas y alimentos menos procesados proporciona una mayor cantidad de nutrientes esenciales y ayuda a mantener un equilibrio en la dieta.
Los alimentos frescos, frutas, verduras y proteínas magras pueden mejorar la calidad nutricional de la dieta y reducir la exposición a sustancias no deseadas presentes en muchos productos procesados y sus envases.
Limitar el consumo de productos de origen animal
Reducir la ingesta de carne y otros productos animales puede tener beneficios significativos para la salud, ya que se ha asociado con la disminución del riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.
Sin embargo, es fundamental consumir productos de origen animal en la medida necesaria para obtener ciertos nutrientes esenciales, como la vitamina B12, el hierro hemo y algunos ácidos grasos omega-3, que son difíciles de obtener exclusivamente a partir de fuentes vegetales.
La producción de carne y otros productos de origen animal está vinculada a impactos ambientales significativos, como la deforestación, la emisión de gases de efecto invernadero y el uso intensivo de recursos naturales. Al reducir el consumo de estos productos, no solo se puede mejorar la salud personal, sino también contribuir a la sostenibilidad ambiental y al bienestar animal.
Para mantener una dieta equilibrada, es crucial diversificar las fuentes de proteínas y otros nutrientes. Las alternativas vegetales como legumbres, frutos secos, semillas y alimentos a base de plantas pueden complementar la dieta, proporcionando la mayoría de los nutrientes necesarios. Sin embargo, la moderación y la planificación adecuada son esenciales para asegurar que se cubran todas las necesidades nutricionales.
En resumen, limitar el consumo de productos de origen animal a lo estrictamente necesario y complementar la dieta con fuentes vegetales puede ser una estrategia eficaz para llevar una vida más saludable y sostenible.