HIPOTIROIDISMO EN BEBÉS
El hipotiroidismo puede afectar a cualquier persona, incluso a los recién nacidos. En la mayoría de los casos, los bebés que nacen sin glándula tiroides o con una que no funciona adecuadamente no muestran síntomas de inmediato. Sin embargo, si no se detecta ni se trata el hipotiroidismo, los síntomas comienzan a manifestarse. Algunos de estos síntomas pueden incluir problemas de alimentación y crecimiento, escaso aumento de peso y de fuerza muscular, llanto ronco y lengua grande, color amarillento en piel y en la parte blanca de los ojos, piel seca, una ligera inflamación o protuberancia en las proximidades del ombligo y estreñimiento o constipación.
En bebés, el hipotiroidismo no tratado, incluso en casos leves, puede tener consecuencias graves para el desarrollo físico y mental, incluyendo retrasos en el crecimiento y desarrollo cognitivo deficiente. La detección y el tratamiento tempranos son cruciales para asegurar un desarrollo saludable.
El tratamiento del hipotiroidismo en lactantes generalmente se realiza mediante la administración de levotiroxina. La decisión sobre el tratamiento y enfoques específicos recae en el médico del lactante, un endocrinólogo pediátrico, quien evaluará la situación clínica y diseñará un plan personalizado según las necesidades del lactante.
Al igual que en los adultos, la dosis será personalizada según las necesidades del lactante determinadas por las pruebas de laboratorio. Se realizará un seguimiento regular para evaluar la respuesta y ajustar la dosis si fuera necesario. Además, se llevará a cabo una supervisión a largo plazo para adaptarse a las necesidades cambiantes del niño a medida que crece.