LA GLÁNDULA TIROIDES
¿Qué es la glándula tiroides?
La tiroides es una pequeña glándula endocrina, con forma de mariposa, ubicada en la parte frontal del cuello, justo debajo de la nuez de Adán.
La glándula tiroides produce y libera hormonas tiroideas (T3 y T4) en la sangre, que son esenciales para el funcionamiento adecuado del cuerpo ya que afectan a casi todos los órganos y contralan muchas de sus funciones más importantes.
Las hormonas tiroideas son las responsables de regular el metabolismo del cuerpo, es decir, la forma en que el cuerpo utiliza la energía, la producción de calor y por tanto la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la respiración, la digestión, el crecimiento, el estado de ánimo, la fertilidad y otras muchas funciones importantes.
El sistema endocrino
El sistema endocrino es un sistema de control y regulación del cuerpo humano que funciona a través de la liberación de hormonas en el torrente sanguíneo.
Las hormonas son mensajeros químicos que son secretados por las glándulas endocrinas y afectan el funcionamiento de células y órganos específicos en el cuerpo.
Estas glándulas endocrinas incluyen la hipófisis o pituitaria, la tiroides, las glándulas suprarrenales, el páncreas, los ovarios (en mujeres) y los testículos (en hombres), entre otras.
La glándula pituitaria, también conocida como hipófisis, se encuentra en la base del cerebro, alojada en una pequeña cavidad ósea llamada la silla turca del esfenoides. Desempeña un papel crucial tanto al regular diversas funciones hormonales en el cuerpo, produciendo y liberando hormonas que influyen en el funcionamiento de otras glándulas endocrinas, como la tiroides, las glándulas suprarrenales y los ovarios o testículos, como en la regulación del crecimiento, la reproducción, el metabolismo y el equilibrio de los fluidos corporales.
Las funciones del sistema endocrino son vitales para el mantenimiento del equilibrio interno del cuerpo. Este sistema trabaja en estrecha coordinación con el sistema nervioso para garantizar la regulación adecuada de las funciones corporales. Las alteraciones en el funcionamiento del sistema endocrino pueden dar lugar a diversos trastornos.
Cómo funciona la tiroides
La tiroides es una de las glándulas más importantes que tenemos ya que es esencial para regular el metabolismo en prácticamente todos los órganos del cuerpo.
El metabolismo es el proceso mediante el cual las células convierten los alimentos y el oxígeno en energía. Cuando aumenta el metabolismo las células consumen más oxígeno, captan más glucosa, producen más energía, crecen, se dividen dando lugar a nuevas células en prácticamente todos los tejidos del cuerpo. Y como consecuencia aumenta el ritmo cardíaco, la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria e incluso se acelera la digestión.
Cuando se secretan estas hormonas en el torrente sanguíneo aumenta el metabolismo de casi todas las células de nuestro organismo por lo que es vital que funcione correctamente para mantener una buena salud.
El hipotálamo es una pequeña región del cerebro que entre otras funciones monitorea constantemente los niveles de hormonas tiroideas en la sangre. Podríamos considerarlo la torre de control.
Cuando los niveles de hormonas tiroideas en la sangre son bajos y el cuerpo no tiene la energía que necesita para funcionar, el hipotálamo manda una señal de aviso a la glándula pituitaria o hipófisaria (secretando la hormona TRH liberadora de tirotropina). La pituitaria, a su vez, enviará un mensaje a la tiroides, mediante la liberación de la hormona estimulante de la tiroides TSH, para que esta última produzca más hormonas tiroideas.
Por otro lado, si los niveles de hormonas tiroideas son altos, se reduce la secreción de TRH, lo que disminuye la producción de TSH y, a su vez, la producción de hormonas tiroideas.
Cuando hay desequilibrios, ya sea por una producción insuficiente o excesiva de hormonas tiroideas, pueden surgir problemas de salud como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo.
Cómo funcionan las hormonas tiroideas
Para formar las hormonas tiroideas es imprescindible el yodo. La hormona T4 es llamada Tiroxina o Tetrayodotironina porque tiene cuatro átomos de yodo mientras que la T3 es llamada Triyodotironina porque está formada por tres. Sin suficiente yodo, la tiroides no puede producir sus hormonas.
Las 3 hormonas que se suelen pedir en las pruebas analíticas son la T4, T3 y TSH.
La tiroides produce una hormona llamada T4 que es más bien una hormona almacén porque es inactiva. El cuerpo convierte esta T4 en la hormona T3 (con la ayuda de una enzima que corta uno de los átomos), que es la hormona activa. Estas hormonas tiroideas (T4 y T3) son esenciales para la regulación del metabolismo en el cuerpo.
La hormona TSH (ó estimulante de la tiroides) es la que libera la pituitaria con el fin de solicitar a la glándula tiroidea que fabrique más hormonas. Si los valores de la TSH son altos significa que la tiroides no está produciendo todas las hormonas que el cuerpo necesita. Cuanto más alto sea el valor, más grande será la solicitud de hormonas por parte del cerebro. Es el caso del hipotiroidismo.
Y cuando se trata de hipertiroidismo sucede lo contrario. Es decir, se disminuye drásticamente la producción de hormonas TSH para que la tiroides reduzca la producción de hormonas tiroideas. En ambos casos la glándula tiroides no está funcionando correctamente.
Los médicos que conocen bien el tema, solicitan también los valores de la hormona T3R (oT3 reversa) para saber si la T4 está produciendo T3 reversa en lugar de T3. No son usuales pero sí cruciales para saber si la conversión se está realizando adecuadamente. Porque la T3 reversa no es una hormona útil.
Para asegurarnos de proporcionar a nuestra tiroides el yodo que necesita podemos encontrar dicho mineral en la sal yodada además de en el agua del mar, las algas, pescados, mariscos y otros organismos marinos.