Los desequilibrios en la glándula tiroides, como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, pueden impactar la salud sexual masculina, si bien los mecanismos exactos pueden diferir. Aquí se presentan algunas formas en las que esto puede suceder:

Disminución del deseo sexual

Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden disminuir el deseo sexual en ambos sexos. En el hipotiroidismo, la reducción de la función tiroidea puede estar asociada con fatiga, depresión y disminución del interés en actividades sexuales.

Disfunción eréctil

En algunos casos, los trastornos tiroideos pueden contribuir a la disfunción eréctil en hombres. En el hipotiroidismo, la producción insuficiente de hormonas tiroideas afecta el metabolismo y disminuye el flujo sanguíneo, comprometiendo así la respuesta vascular durante la estimulación sexual.

Eyaculación

Ambos trastornos pueden influir en el sistema nervioso y tener efectos en la respuesta sexual, incluyendo la eyaculación. El hipotiroidismo puede contribuir a la fatiga y la desaceleración general del sistema nervioso, lo que también podría afectar la respuesta sexual y la eyaculación. En ambos casos, la gestión adecuada de los trastornos tiroideos puede ayudar a minimizar estos efectos en la función sexual.

Fertilidad y calidad del esperma

Cuando se trata de trastornos tiroideos no tratados, especialmente el hipotiroidismo en casos severos y prolongados, puede haber impactos significativos en la fertilidad.

El hipotiroidismo afecta la producción de hormonas tiroideas esenciales para el funcionamiento óptimo del sistema reproductor. En los hombres, esto puede conducir a problemas en la producción y la calidad del esperma, ya que la disminución de la función tiroidea puede influir en la cantidad y movilidad de los espermatozoides, lo que a su vez puede afectar la capacidad de fertilización. La baja calidad del semen puede dificultar la concepción y aumentar las dificultades para lograr un embarazo.

Es importante destacar que el tratamiento oportuno y adecuado del hipotiroidismo, con la supervisión de un profesional de la salud, puede ayudar a mitigar estos efectos en la fertilidad y mejorar las posibilidades de concebir.

Es crucial señalar que los efectos mencionados pueden variar de una persona a otra y no todas las personas con trastornos tiroideos enfrentarán dificultades sexuales. Además, recibir el tratamiento adecuado puede contribuir a la mejora de estos problemas.

Si alguien observa cambios significativos en su función sexual y sospecha que podrían estar relacionado con un trastorno tiroideo, es esencial buscar la evaluación de un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento correspondiente.